Pages

sábado, 25 de diciembre de 2010

Descripción (parte 1- work in progress)

Comparto aquí un trabajo que realicé para la U.
El libro de Philippe Hamon "Introducción al análisis de lo descriptivo" es original 1986. La traducción española es 1991.

Kami
kamimutan@gmail.com


RESUMEN

El presente trabajo realiza una revisión de la teorización respecto de la descripción en la visión de Hamon (1991). Además realiza una revisión de dos esquemas postulados como prototípicos o ‘norma’ en lo que respecta a la estructura de lo descriptivo como modo textual dominante. La revisión bibliográfica nos permite concluir que la visión respecto de este fenómeno se puede ampliar y complejizar a partir de lo delineado por ambos autores.

Palabras Clave: descripción, lo descriptivo, secuencia, lingüística textual

INTRODUCCIÓN

El estudio de la descripción, especialmente desde una perspectiva de análisis lingüístico-textual y literario ha sido un tanto relegado a lugares secundarios por considerarse esta como subsirviente de la narración (Hamon, 1991; Sánchez, 2000).

Durante las últimas décadas, sin embargo, diferentes autores han tomado la descripción tanto para hacerla su objeto de estudio (Filinich, 2003; Hamon, 1991) como para incluirla dentro de sus diferentes clasificaciones de dominantes o tipos textuales (Adam, 1992; Charaudeau, 1995).

En este sentido, en el presente trabajo pretendemos realizar una revisión al tratamiento dado de la descripción vista como una actividad, para lo cual nos situaremos desde la perspectiva de Hamon (1991), y desde el tratamiento dado a la descripción como dominante textual o secuencia descriptiva (Hamon, 1991; Adam, 1992).

Nos permitimos segmentar el presente trabajo en tres apartados. En primer lugar realizaremos una revisión a la postura de la descripción como una actividad (Hamon, 1991), centrándonos en los postulados que plantean la necesidad de una teoría respecto de ‘lo descriptivo’. Esto a su vez plantea la necesidad de distinguir el dominante textual de la actividad, lo cual redunda en una teorización respecto de la descripción a la par de la teorización respecto de ‘lo descriptivo’. Continuaremos entonces en los apartados dos y tres realizando una revisión de las propuestas de Hamon (1991) y Adam (1992) en lo que respecta a sus propuestas de estructura de ‘lo descriptivo’, y concluir con las reflexiones finales que cierran este trabajo.

1. Hacia una teoría de la descripción y ‘lo descriptivo’ (Hamon, 1991)

Hamon (1991) plantea la necesidad de una teoría respecto de ‘lo descriptivo’, lo cual, desde su punto de vista, implica realizar una teorización respecto de la actividad que le da vida, esto es, la descripción.

El autor comienza sus planteamientos apelando a la necesidad de dotar a la descripción y ‘lo descriptivo’ de un nuevo estatus. Esto, debido a que según su análisis de la teorización literaria, la descripción ha sido tradicionalmente concebida como una actividad secundaria puesta al servicio de la narración. En este sentido, la descripción y por consiguiente ‘lo descriptivo’, se había asociado a las actividades que se realizan previas a la principal, la narración, concepción que el autor se propone desafiar. En este sentido señala:

“Esbozar una teoría de lo descriptivo sería entonces esforzarse por no catalogarlo como práctica previa…, ni reducirlo a su transitividad, encerrándolo en una finalidad que lo pone perpetuamente al servicio de instancias narrativas superiores jerárquicamente… donde lo descriptivo ya no esté pensado en el seno o al servicio de una narración más englobante” (Hamon, 1991:43)

Este nuevo estatus que pretende dar el autor a esta actividad y su producto implicará, además, que se reformulen ciertas nociones y se profundicen otras. Nos referimos específicamente a lo planteado por el autor respecto de las características de la descripción que darían origen a la necesidad de teorización al respecto. En este sentido, el autor describe diversas instancias en las cuales se muestra dicha necesidad. Nos referiremos en esta revisión a los saberes implicados en la descripción y la nueva imagen de emisor y receptor que la descripción impone, esto es la concepción del descriptor y descriptario (Hamon, 1991).

Según el autor, la descripción apela a saberes específicos, esto es saberes onomásticos y enciclopédicos, los cuales apelarían a la conciencia lexicográfica paradigmática de quien recibe la descripción.

“Una descripción será entonces el lugar donde se pondrá en escena esta confusión, saber de palabras y saber de cosas, el lugar donde el lector es interpelado en su conocimiento léxico y enciclopédico, el lugar donde se acentúa y actualiza la relación del lector con el léxico” (Hamon, 1991: 51)

Queremos destacar que el autor es enfático en señalar que este saber apelado no debe confundirse con el ‘saber de las cosas’ el cual, en lugar de requerir del conocimiento del léxico de quien recibe la descripción, requiere de su conocimiento informativo.

El autor manifiesta también que la descripción es inherentemente una amplificación, lo cual, combinado con el hecho de que se mueve en el ámbito de lo lexicográfico, se podría entender como un ‘lujo textual’ ya que ocuparía espacio en el desarrollo de la narración.

“El lector está entonces ante un lujo; … lujo textual que corre el riesgo de ponerlo en condiciones de inferioridad y frente al cual puede reaccionar como ante todo texto de saber, es decir como ante todo texto que se consulta (puntualmente) más que se lee “salteando” la descripción” (Hamon, 1991:52)

Ahora bien, esta amplificación posee otra debilidad según este autor, esta dice relación con la dificultad de poner fin a la descripción. Lo anterior debido a que la descripción no se agotaría dependiendo de la complejidad de lo descrito, sino que se extendería en consonancia con la habilidad o competencia lexicográfica de quien realiza la descripción (Hamon, 1991).

Sin embargo, esta debilidad se ve mitigada por el hecho de que en un sistema descriptivo también se podrían utilizar esquematizaciones, las cuales permiten que quien recibe la descripción perciba la misma como poseedora de un límite el cual llegaría una vez que se sature el modelo o esquema utilizado. En este sentido, además del saber lexicográfico, la descripción entonces también apelaría a un saber taxonómico (Hamon, 1991).

En relación a lo anterior, el autor señala que esta esquematización daría al texto un ‘efecto de modelo’ el cual al ser combinado con el ‘efecto lista’ permite proveer al lector la impresión de orden en el texto. Lo anterior debido a que daría, a quien recibe la descripción, la impresión de que el texto se esfuerza por “saturar un marco” (Hamon, 1991:63).

Otra instancia en la cual se muestra la necesidad de dar a la descripción un nuevo estatus, dice relación con la imagen del emisor y receptor a las que apelan. En este sentido, el autor argumenta que la descripción permite al configuración de un descriptor, quien entrega la descripción, y un descriptario, destinatario de la descripción (Hamon, 1991). Cada uno de estos sujetos presentaría características y competencias específicas, además de roles pertinentes. Pasaremos ahora a revisar estos.

El descriptor, según argumenta Hamon (1991), se presentaría como un “sabio” o “científico”, siempre como un sujeto más informado que el descriptario, a quien debe traspasar su conocimiento. En este sentido, el rol del descriptor tendría relación con la instrucción, ya que la misma actividad de la descripción se relacionaría con esta labor didáctica. De esta manera se configuraría una jerarquía de participantes, en la cual el descriptor se muestra como aventajado y superior en conocimiento. Más aún, la descripción, debido a que se concentra en las estructuras de superficie textual, específicamente en nivel léxico, requiere que quien la transmita posea una competencia léxica en concordancia.

El descriptario, por su pate, se presenta según el autor, como un sujeto menos informado, quien requiere que se le instruya sobre aspectos que no maneja de lo descrito. En este sentido, las actividades específicas que debe realizar según argumenta Hamon (1991) serían la de reconocer, debido a que debe reconocer que la amplificación realizada corresponde a lo descrito. Para ello debe poseer una competencia léxica acorde con la del descriptario. A su vez, otra actividad específica del descriptario sería aprender, ya que este sujeto debería ser capaz de aprender un saber nuevo que se le está entregando respecto de lo descrito. En este sentido, el descriptario debe poseer una capacidad memorística intra-descriptiva. Dicha memoria se concentraría, según Hamon (1986), en el nivel superficial del texto, el cual correspondería al nivel del léxico y sus series y sería a la vez limitada y amplia. Dicha relación, en apariencia contradictoria, se configura debido a que por un lado, la descripción al ser una amplificación de un mismo concepto no requeriría de mayor capacidad de procesamiento, en este sentido, la memoria podría ser limitada y aun ser válida para una descripción. Sin embargo, debido a que la descripción también responde a un principio de organización centrífugo, vale decir, esta se puede encontrar diseminada por el texto en diferentes sistemas descriptivos, también apela a una memoria intra-descriptiva de mayor amplitud, la cual permita al descriptario unir todas estos sistemas y, a través de las nociones semánticas de jerarquía y equivalencia, poder darles sentido como un todo unificado.

En resumen, este autor plantea una nueva mirada de la descripción, argumentando que por las características, competencias y otros elementos antes señalados, se debe concebir como una actividad y un sistema con autonomía de la narración. Pasaremos ahora a revisar el modo de organización textual que Hamon (1991) propone respecto de ‘lo descriptivo’.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario