Farah, M. (2000). The neural bases of mental imagery. En M. Gazzaniga (Ed.), The cognitive neurosciences (2nd ed., 965-974). Cambridge: MIT Press.
ARTICULO:
http://www.scribd.com/full/46107377?access_key=key-sct4h4e0oni3eln7al5
REFLEXIONES FINALES
1. En primer lugar se aprecia que ambas posturas presentan un esquema que pretende dar cuenta de los elementos de la descripción como dominante textual o secuencia descriptiva en términos estructurales.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Adam, J. (1992). Les textes: types et prototypes. Paris: Nathan.
Adam, J. & Lorda, C. (1999). Lingüística de los textos narrativos. Barcelona: Ariel.
Alvarez, T. (2007). Describir en las aulas. Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia.
Ciapuscio, G. (1994). Tipos Textuales. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires.
Costa, S. & Malcuori, M. (1997). Tipología textual [en línea]. Disponible en: www.doc/42250373/Tipologia-Textual
Filinich, M. (2003). Descripción. Buenos Aires: Eudeba.
Hamon, P. (1986). Introducción al análisis de lo descriptivo. Buenos Aires: Edicial.
Herrero, J. (2006). Teorías de pragmática, de lingüística textual y de análisis del discurso. Cuenca: Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.
López, A. & Gallardo, B. (2005). Conocimiento y lenguaje. Valencia: PUV
Marimón, C. (2006). El texto descriptivo. [en línea]. Disponible en: http://www.liceus.com/bonos/compra1.asp?idproducto=759
Rébola, M. (2000) Tipos de texto: modelos teóricos y enseñanza de la lengua, Propuestas. De la problemática del aula a las propuestas concretas.
Sánchez, A. (2000). La macro-operación descriptiva: sus operaciones lógico-discursivas. Revista de Humanidades: Tecnológico de Monterrey, 8, 221-242.
2. Modo de organización de la descripción: ‘Lo descriptivo’ (Hamon, 1986)
Una vez reseñada a grandes rasgos la propuesta terorica sobre la descripción planteada por Hamon (1986), pasaremos ahora a revisar el esquema que plantea este autor respecto del sistema descriptivo.
En primer lugar este autor plantea que el sistema descriptivo se constituye como un juego de equivalencias entre una denominación o pantónimo y una expansión. Es decir, pretende un equilibrio entre una palabra que englobaría lo descrito y su amplificación, la cual se realizaría mediante “un surtido de palabras yuxtapuestas en lista, o coordinadas y subordinadas en un texto” (Hamon, 1986:141).
El esquema quedaría como sigue:
Esquema 1 (Adaptado de Hamon, 1986)
1. Denominación o pantónimo: Este elemento correspondería a una palabra la cual actuaría como “término rector sincrético” (Hamon, 1986:152) asegurando la permanencia del conjunto, vale decir, este término correspondería a la denominación de lo descrito, el cual a su vez cumple la función de aglutinar a los demás elementos del sistema descriptivo, los cuales deberían remitir a él.
2. Expansión: Este elemento corresponde, como lo mencionamos anteriormente a un conjunto de términos que vienen a ampliar la noción de lo descrito. Este elemento puede realizarse ya sea por una nomenclatura o un predicado, o ambos.
3. Nomenclatura: Este refiere a la ampliación por una lista de elementos o nombres tal como se apreciaría en una lista de cocina o un inventario.
4. Predicado: Corresponde al conjunto de características del pantónimo. Esta puede realizarse por medio de adjetivos yuxtapuestos o también a través de figuras como la metáfora (Hamon, 1986).
Queremos destacar, para ir cerrando esta revisión, que el autor enfatiza que cualquiera de los elementos de la estructura propuesta es opcional, sin embargo, el conjunto constituiría la norma de un sistema descriptivo. Pasamos entonces a revisar la propuesta de estructura del sistema descriptivo a través de la noción de secuencias textuales de Adam (1992).
3. Descripción desde la propuesta de las secuencias textuales prototípicas (Adam, 1992, 2001)
Adam propone una teorización centrada en una visión del texto como una estructura configurada a partir de distintos módulos o subsistemas que interactúan entre ellos (Adam, 1992), es decir, propone una visión a partir del ordenamiento interno del texto de tipo composicional. En palabras del autor: “El texto se presenta como una configuración regulada por diversos planos en constante interacción” (Adam & Lorca, 1999:39).
En este sentido, el texto para este autor, estaría compuesto por diversos modelos o esquemas prototípicos consistentes en paquetes de proposiciones, los cuales serían relativamente autónomos, pero que, sin embargo, estarían siempre en relación con el conjunto mayor, es decir, el texto (Ciapuscio, 1994). Dichos modelos o esquemas, llamados por el autor ‘secuencias’, estarían constituidas por macroproposiciones, razón por la cual afirmamos que estas unidades serían de naturaleza semántica.
Otra característica del texto, según este autor, dice relación con su heterogeneidad, esto debido a que el investigador francés propone que los textos en general estarían compuestos por diferentes tipos de secuencias, es decir, no existirían textos puros en cuanto a su tipología, sino que estos se caracterizarían por combinar diferentes secuencias textuales prototípicas (Loureda, 2003).
Este investigador plantea cinco secuencias prototípicas: narrativa, descriptiva, explicativa, argumentativa y dialogal, las cuales como ya lo planteamos anteriormente, se organizarían o combinarían dentro del conjunto mayor o texto. El autor propone dos nociones que permitirían dar cuenta de esta heterogeneidad textual, estos serían la inserción y la dominancia (Ciapuscio, 1994). De este modo, al aplicar estos conceptos al análisis secuencial del texto, permitiría clasificar las secuencias encontradas en secuencias dominantes o secundarias, por un lado y secuencias envolventes o insertadas, por otro.
La secuencia dominante en un texto corresponde a aquella que manifiesta una presencia mayor en el texto, mientras que la secundaria sería aquella que, encontrándose en el texto no llega a presentar un predominio. Respecto de las secuencias envolventes, estas corresponderían a aquellas que contienen algún tipo de secuencia textual insertada, siendo esta última no dominante (Ciapuscio, 1994).
3.1 La secuencia descriptiva
Centrándonos ahora en la ‘secuencia descriptiva’ podemos señalar que, de acuerdo a la visión propuesta por el autor francés, esta se ampararía en cuatro ‘macrooperaciones’ descriptivas las cuales se articulan para instaurar en el texto una jerarquía que relacionaría las microproposiciones descriptivas que la componen (Herrero, 2006). Nos parece importante enfatizar en el punto que respecta a la organización jerárquica de la secuencia descriptiva, ya que esta correspondería a una característica compartida por las teorizaciones entre Adam y Hamon; en ambas posturas se aprecia que se los elementos de la descripción se organizarían de esta manera y no como una secuencia lineal de elementos. Estas ‘macrooperaciones’ corresponderían a los procedimientos mediante los cuales se han construído las macroproposiciones descriptivas. En palabras del autor:
“El examen de los diversos procedimientos posibles [en la descripción] puede ser resumido en un esquema prototípico de la secuencia descriptiva que es, de hecho, un repertorio de las operaciones de construcción de las macroproposiciones en sí” (Adam, 1997: 84 en Yanguas, 2009:10).
Dichas macrooperaciones corresponderían a: anclaje, reformulación, aspectualización y puesta en relación.
1. Procedimiento de anclaje: Esta macrooperación permite orientar y justificar el recorrido de la descripción y se dice relación con el referente textual el cual da origen a la misma (Herrero, 2006). En general, esta operación se corresponde con el tema-título anunciado (Alvarez, 2007; Olivares 2002) del cual se realizará un “recorrido textual” (Herrero, 2006:113) el que permitirá que quien reciba dicha secuencia descriptiva confirme o modifique sus conocimientos sobre dicho tema.
En la eventualidad de que el anclaje no tenga lugar sino hasta el final de la secuencia, este recibe el nombre de ‘anclaje con afectación’, el cual no permite establecer desde el principio la relación objeto-propiedades (Olivares, 2002). Esto se realizaría en el caso de las adivinanzas o enigmas, donde se perseguiría conseguir un efecto de suspense. En este caso, el receptor de la secuencia podría generar hipótesis las cuales se confirmarán o falsearán una vez que el anclaje sea explicitado (Herrero, 2006; Olivares, 2002).
2. Operaciones de reformulación: Este procedimiento ocurre una vez que el tema se ha señalado y se nombra nuevamente ya sea por medio de una paráfrasis o de “alguna otra fórmula especial que contribuye a iluminar o fijar mejor en la mente del destinatario el tema tratado” (Herrero, 2006:112). Lo anterior se realizaría especialmente tratando de crear una representación más profunda de lo descrito, dando además una imagen de objeto que se modifica en la medida que la mirada de quien describe lo estima, lo cual a su vez daría cuenta de la subjetividad de la misma (Olivares, 2002).
3. Operaciones de aspectualización: Esta correspondería a la operación base de la descripción, mediante la cual se señalarían las partes y propiedades de lo descrito (Marimón, 2006), es decir, se realiza la descripción a través de la fragmentación del objeto en los constituyentes que lo componen. A su vez, cada parte o componente se convierte en un tema potencial, el cual podría dar lugar a nuevos procedimientos de aspectualización lo cual pondría en relevancia algunas cualidades o características que se desarrollen en mayor profundidad (Herrero, 2006). Esta noción recursiva de la sub-tematización, podría redundar en una descripción que “podría repetirse teóricamente hasta el infinito” (Herrero, 2006:114).
4. Operaciones de puesta en relación: Mediante estas operaciones lo descrito se relaciona con el mundo exterior ya sea respecto del lugar que ocuparía o la relaciones que pueda mantener con este (Marimón, 2006). En este sentido, se destacan las operaciones de ‘enmarque situacional’ y ‘asociación’ las cuales se apoyan en mecanismos tales como la metoonimia y la metáfora o comparación, respectivamente. Adicionalmente, los objetos o referentes elegidos podrían a su vez volverse sub-temas los cuales podrían ser asectualizados (Herrero, 2006).
Presentamos ahora un esquema de la secuencia narrativa según Adam (2001en López & Gallardo, 2005)
Esquema 2
En el esquema se aprecia la organización jerárquica expresada anteriormente, así como los procedimientos descritos. Pese a que el esquema no lo denota, se destaca de esta concepción de la descripción la complejidad que agrega a la misma lo cual se evalúa a partir de la recursividad antes discutida.
El presente trabajo realiza una revisión de la teorización respecto de la descripción en la visión de Hamon (1991). Además realiza una revisión de dos esquemas postulados como prototípicos o ‘norma’ en lo que respecta a la estructura de lo descriptivo como modo textual dominante. La revisión bibliográfica nos permite concluir que la visión respecto de este fenómeno se puede ampliar y complejizar a partir de lo delineado por ambos autores.
Palabras Clave: descripción, lo descriptivo, secuencia, lingüística textual
INTRODUCCIÓN
El estudio de la descripción, especialmente desde una perspectiva de análisis lingüístico-textual y literario ha sido un tanto relegado a lugares secundarios por considerarse esta como subsirviente de la narración (Hamon, 1991; Sánchez, 2000).
Durante las últimas décadas, sin embargo, diferentes autores han tomado la descripción tanto para hacerla su objeto de estudio (Filinich, 2003; Hamon, 1991) como para incluirla dentro de sus diferentes clasificaciones de dominantes o tipos textuales (Adam, 1992; Charaudeau, 1995).
En este sentido, en el presente trabajo pretendemos realizar una revisión al tratamiento dado de la descripción vista como una actividad, para lo cual nos situaremos desde la perspectiva de Hamon (1991), y desde el tratamiento dado a la descripción como dominante textual o secuencia descriptiva (Hamon, 1991; Adam, 1992).
Nos permitimos segmentar el presente trabajo en tres apartados. En primer lugar realizaremos una revisión a la postura de la descripción como una actividad (Hamon, 1991), centrándonos en los postulados que plantean la necesidad de una teoría respecto de ‘lo descriptivo’. Esto a su vez plantea la necesidad de distinguir el dominante textual de la actividad, lo cual redunda en una teorización respecto de la descripción a la par de la teorización respecto de ‘lo descriptivo’. Continuaremos entonces en los apartados dos y tres realizando una revisión de las propuestas de Hamon (1991) y Adam (1992) en lo que respecta a sus propuestas de estructura de ‘lo descriptivo’, y concluir con las reflexiones finales que cierran este trabajo.
1. Hacia una teoría de la descripción y ‘lo descriptivo’ (Hamon, 1991)
Hamon (1991) plantea la necesidad de una teoría respecto de ‘lo descriptivo’, lo cual, desde su punto de vista, implica realizar una teorización respecto de la actividad que le da vida, esto es, la descripción.
El autor comienza sus planteamientos apelando a la necesidad de dotar a la descripción y ‘lo descriptivo’ de un nuevo estatus. Esto, debido a que según su análisis de la teorización literaria, la descripción ha sido tradicionalmente concebida como una actividad secundaria puesta al servicio de la narración. En este sentido, la descripción y por consiguiente ‘lo descriptivo’, se había asociado a las actividades que se realizan previas a la principal, la narración, concepción que el autor se propone desafiar. En este sentido señala:
“Esbozar una teoría de lo descriptivo sería entonces esforzarse por no catalogarlo como práctica previa…, ni reducirlo a su transitividad, encerrándolo en una finalidad que lo pone perpetuamente al servicio de instancias narrativas superiores jerárquicamente… donde lo descriptivo ya no esté pensado en el seno o al servicio de una narración más englobante” (Hamon, 1991:43)
Este nuevo estatus que pretende dar el autor a esta actividad y su producto implicará, además, que se reformulen ciertas nociones y se profundicen otras. Nos referimos específicamente a lo planteado por el autor respecto de las características de la descripción que darían origen a la necesidad de teorización al respecto. En este sentido, el autor describe diversas instancias en las cuales se muestra dicha necesidad. Nos referiremos en esta revisión a los saberes implicados en la descripción y la nueva imagen de emisor y receptor que la descripción impone, esto es la concepción del descriptor y descriptario (Hamon, 1991).
Según el autor, la descripción apela a saberes específicos, esto es saberes onomásticos y enciclopédicos, los cuales apelarían a la conciencia lexicográfica paradigmática de quien recibe la descripción.
“Una descripción será entonces el lugar donde se pondrá en escena esta confusión, saber de palabras y saber de cosas, el lugar donde el lector es interpelado en su conocimiento léxico y enciclopédico, el lugar donde se acentúa y actualiza la relación del lector con el léxico” (Hamon, 1991: 51)
Queremos destacar que el autor es enfático en señalar que este saber apelado no debe confundirse con el ‘saber de las cosas’ el cual, en lugar de requerir del conocimiento del léxico de quien recibe la descripción, requiere de su conocimiento informativo.
El autor manifiesta también que la descripción es inherentemente una amplificación, lo cual, combinado con el hecho de que se mueve en el ámbito de lo lexicográfico, se podría entender como un ‘lujo textual’ ya que ocuparía espacio en el desarrollo de la narración.
“El lector está entonces ante un lujo; … lujo textual que corre el riesgo de ponerlo en condiciones de inferioridad y frente al cual puede reaccionar como ante todo texto de saber, es decir como ante todo texto que se consulta (puntualmente) más que se lee “salteando” la descripción” (Hamon, 1991:52)
Ahora bien, esta amplificación posee otra debilidad según este autor, esta dice relación con la dificultad de poner fin a la descripción. Lo anterior debido a que la descripción no se agotaría dependiendo de la complejidad de lo descrito, sino que se extendería en consonancia con la habilidad o competencia lexicográfica de quien realiza la descripción (Hamon, 1991).
Sin embargo, esta debilidad se ve mitigada por el hecho de que en un sistema descriptivo también se podrían utilizar esquematizaciones, las cuales permiten que quien recibe la descripción perciba la misma como poseedora de un límite el cual llegaría una vez que se sature el modelo o esquema utilizado. En este sentido, además del saber lexicográfico, la descripción entonces también apelaría a un saber taxonómico (Hamon, 1991).
En relación a lo anterior, el autor señala que esta esquematización daría al texto un ‘efecto de modelo’ el cual al ser combinado con el ‘efecto lista’ permite proveer al lector la impresión de orden en el texto. Lo anterior debido a que daría, a quien recibe la descripción, la impresión de que el texto se esfuerza por “saturar un marco” (Hamon, 1991:63).
Otra instancia en la cual se muestra la necesidad de dar a la descripción un nuevo estatus, dice relación con la imagen del emisor y receptor a las que apelan. En este sentido, el autor argumenta que la descripción permite al configuración de un descriptor, quien entrega la descripción, y un descriptario, destinatario de la descripción (Hamon, 1991). Cada uno de estos sujetos presentaría características y competencias específicas, además de roles pertinentes. Pasaremos ahora a revisar estos.
El descriptor, según argumenta Hamon (1991), se presentaría como un “sabio” o “científico”, siempre como un sujeto más informado que el descriptario, a quien debe traspasar su conocimiento. En este sentido, el rol del descriptor tendría relación con la instrucción, ya que la misma actividad de la descripción se relacionaría con esta labor didáctica. De esta manera se configuraría una jerarquía de participantes, en la cual el descriptor se muestra como aventajado y superior en conocimiento. Más aún, la descripción, debido a que se concentra en las estructuras de superficie textual, específicamente en nivel léxico, requiere que quien la transmita posea una competencia léxica en concordancia.
El descriptario, por su pate, se presenta según el autor, como un sujeto menos informado, quien requiere que se le instruya sobre aspectos que no maneja de lo descrito. En este sentido, las actividades específicas que debe realizar según argumenta Hamon (1991) serían la de reconocer, debido a que debe reconocer que la amplificación realizada corresponde a lo descrito. Para ello debe poseer una competencia léxica acorde con la del descriptario. A su vez, otra actividad específica del descriptario sería aprender, ya que este sujeto debería ser capaz de aprender un saber nuevo que se le está entregando respecto de lo descrito. En este sentido, el descriptario debe poseer una capacidad memorística intra-descriptiva. Dicha memoria se concentraría, según Hamon (1986), en el nivel superficial del texto, el cual correspondería al nivel del léxico y sus series y sería a la vez limitada y amplia. Dicha relación, en apariencia contradictoria, se configura debido a que por un lado, la descripción al ser una amplificación de un mismo concepto no requeriría de mayor capacidad de procesamiento, en este sentido, la memoria podría ser limitada y aun ser válida para una descripción. Sin embargo, debido a que la descripción también responde a un principio de organización centrífugo, vale decir, esta se puede encontrar diseminada por el texto en diferentes sistemas descriptivos, también apela a una memoria intra-descriptiva de mayor amplitud, la cual permita al descriptario unir todas estos sistemas y, a través de las nociones semánticas de jerarquía y equivalencia, poder darles sentido como un todo unificado.
En resumen, este autor plantea una nueva mirada de la descripción, argumentando que por las características, competencias y otros elementos antes señalados, se debe concebir como una actividad y un sistema con autonomía de la narración. Pasaremos ahora a revisar el modo de organización textual que Hamon (1991) propone respecto de ‘lo descriptivo’.